Enfermizo

Cuando estoy enfermo no escucho prácticamente nada, y hoy es un día de esos. Creo que por haber estado sin chamarra durante algunas tardes algo frías, (además del cambio de clima entre Tlaxcala y la Ciudad de México) se me pegó la maldita gripa. Es como si todo se volviera muy burocrático, sólo hace uno las cosas por hacerlas, y después de lo que se hace sigue algo más por hacer, como estar encerrado en un edificio con puertas que llevan a más puertas que llevan a más y más y más puertas , sin ningún sentido.

Las horas pasan, pero no son, simplemente sólo existen pero no por alguna razón. Cuando uno no tiene nada que hacer y no se puede concentrar, tal vez es mejor idea escribir o dormir, pero como quedarme dormido a mitad de mi clase de Europa no era la opción, prefiero escribir.

Por el momento hay una discusión acerca de la necesidad de entregar o no cuadros. Si no los entregáramos, entonces tendríamos que leer más. Probablemente habría una lista de libros a libre elección. Un libro es igual a un punto, eso también podría ser una buena idea.

Incluso cuando llegue a mi casa me pondré a hacer más tarea, aunque por el momento estoy completamente ausente de cualquier cosa y de cualquier postura externa, aunque tengo que aceptar que me choca ver que algunas posturas son sumamente contradictorias, esos son los momentos en los cuales regreso en mí.

Al final todos llegaron a uno de esos acuerdos de minorías donde nadie hace nada, o más bien donde cada quien hace lo que se le dé la gana, y eso me gusta mucho. Al menos puedo agarrar algún plan con maña de esos en los que ya me estoy volviendo experto. Hubo un punto donde el debate se volví muy acalorado, y como se volvió muy acalorado, me alejé de él porque los cambios bruscos de temperatura no me ayudan con mi gripa.

Ahora, después de mucho tiempo, sólo me quedan quince minutos antes de irme a dormir. Esta semana tendré que empezar a pensar en las posibles maneras de optimizar mi tiempo, sobre todo al respecto de mis tareas. De pronto aparecieron un montón de cosas que hacer, después de unas vacaciones fingidas (en otras escuelas dan otra semana más).

Creo que me mata de la envidia saber que una buena cantidad de mis amigos todavía están en sus vacaciones mientras yo ya estoy metido en la escuela y con un montón de cosas que hacer. Mañana seguiré con ese montón de cosas que hacer que no sé ni por dónde empezar a organizar.

En ocho horas pasaran algunas cosas: Invariablemente, será otro día, tendré que volverme a despertar y, como novedad, tomarme una pastilla contra el resfriado. Hasta el momento tal vez no esté bien, pero al menos no estoy tan mal y tan perdido como pensé que iba a estar.

0 comentarios:

Publicar un comentario