Hay cosas tan raras...


El clima tiende a ser nublado por las tardes, y muy confuso por las noches. Nubes negras inundan mi cabeza a la vez que el calor me invade y me moja. Después todo se vuelve frío e inanimado, las formas y los colores de los sueños bien asemejan paisajes inmensos, solos y helados de algún lugar perdido en Baffin o en la Tierra de la Reyna Maud. Al despertar, una fuerte ráfaga de razón descongela todo y lo regresa a su estado original, y de pronto, ya son las 5:30 de la mañana.
Es insoportable, sobre todo por el dolor de cuello. Sucede que a veces la vida que no experimentamos conscientes y sólo vivimos es más feliz que la vida cotidiana (quiero dormir cansado para no pensar en ti…. O esas cosas jaja que bien). Hay días que la vida misma empuja a cada uno de nosotros a desea más estar en ese paraíso inanimado que les acabo de mencionar que vivir en un purgatorio lleno de vida, en un lugar donde el cielo y el infierno están en la misma cuadra o en el mismo vagón de metro.
Puede ser muy difícil exteriorizarlo. La exigencia de la vida cotidiana y de nuestra mecánica social pide explicar todos los hechos y circunstancias desde un punto de vida cientificista, positivista y lógico, pero hay cosas que se resisten a ser explicadas así. Todo lo que el mundo consciente nos ofrece pareciera que puede ser descrito de la misma manera y así mismo explicado y conocido. Considerando que los sueños y las fantasías se producen por un mecanismo (por conocido pero) existente en una realidad consciente, entonces estos sueños y fantasías pertenecen a la misma lógica del mecanismo que las creó. Pero tal vez no, porque su realidad es otra, no es la misma que la de ese mecanismo lógico tan imponente de la fisiología del sistema nervioso humano, ellos están en una realidad distinta, en un momento inconsciente de su propia existencia, pero a la vez presente para el que lo vive. Para la realidad cotidiana resulta imposible explicar lo que es inconsciente o inexistente para el observador, pero que aún así forma parte de su propia realidad.
¿Por qué tenemos que explicarlo? ¿Para dominarlo? ¿El ansia de poder y seguridad del ser humano es tan grande que debe de dominar hasta sus propios sueños? ¿Qué pasará el día que hasta en nuestros sueños seamos víctimas de la publicidad y el libre mercado?
Es un mundo que en lo personal, no quiero vivir. Al menos no quiero pensar que un día podría ser violado el único espacio que tan inconsciente e inexistente, y a la vez es tan sagrado e inexplicable para mí.

Queriendo tapar las cosas


Me encuentro en un nuevo lugar en medio de la nada. Pero ayer ella se encuentra (si, se encuentra, lo escribo adrede, esto por la concepción temporal que quiero utilizar) sola en un cuarto lleno de gente, esperando el inicio de la historia en plena agonía, ella ve el reloj a cada instante esperando que se adelante pero no lo hace. El tiempo, efectivamente, es el maestro y señor que, junto con la soledad y la frialdad, rigen ese extraño lugar. Es fríamente sofocante, lleno de conocidos que nunca ha visto e inmerso en una nada oscura y negra, pero inundado de blanca luz de autopsia alienígena. Ella piensa, en honor del surrealismo, como ha llegado su vida a tal punto de considerar que no hay nada más hermoso que el fortuito encuentro de una sombrilla con una máquina de coser en una mesa de cirujano. Ella lo sabe, ella está ahí, ella está en el futuro y en el pasado. Ella permanece en el tiempo, pero no en el espacio: esa es su celda. No puede planear el futuro, pero ya lo vivió porque es parte de él. Ella ya lo tuvo entre sus manos pero no lo sabe realmente. No es dueña del tiempo que rige, solo de la soledad que la inunda a veces, como ahora. Ella no tiene idea de nada de lo que digo yo, un vidente inmerso en la nada de la oscuridad luminosa (vaya pendejada) ya descrita. Esta pérdida su mirada y su ser, sólo es pero no conoce. Ella ya no tiene miedo, lo domina, lo ha visto en el futuro pero no se acuerda de lo que verá en el pasado. Su alma es sólo una ráfaga de aire puro de rocío de la mañana y humo de escape de un Volkswagen sin verificar. Se siente sola, pero no lo está. La razón de su vida sigue ahí, junto a ella pero muy distante. Dentro y fuera. Es algo que la ata y la esclaviza, pero lo único que la libera y la hace sentir viva.
Su futuro irremediablemente la va a llevar a su pasado, a los días de calma y felicidad, a la antigua Arcadia, a las fiestas de los dioses, bola de alcohólicos, a los desmadres de la infancia, a los juegos de niña y días de soles rojos por la mañana, de manzanos y de bosques, a los momentos antes de perder la inocencia. Llegará y recordará lo que quiere del futuro. El camino siempre es lo mismo, un túnel negro, un lugar en el infinito, mejor dicho, un no lugar, es solo un movimiento sin sentido en el que se traslada y se hace humo, en el que ella es su alma, es esa mezcla y se vuelve a conocer, y vuelve a ser esclava y libre a la vez, un lugar lejano y cercano, un anhelo de melancolía que le duele hasta el tórax y la piamadre. Regresa a las lluvias y al verde lejano de su niñez y juventud, y regresa a buscar el tiempo perdido, regresa a ver las ruinas de un antiguo reino llamado felicidad.
De pronto el reloj, sin saber cómo, avanzó. Ella regresa en sí, no se reencuentra, sólo vuelve a reaccionar. Y dan la hora de viajar al pasado. Se pará, camina hacia el andén, y toma el metro.
Solo quería describir por una vez algo más que un bistec con papas, aunque cuando tengo hambre, no es mi prioridad describir las cosas. Y ese momento ha llegado.

Haciendo visiones

En este instante estoy escuchando una canción de the cranberries. ¡Ah! Hace mucho tiempo que no lo hacía. Esto de pronto me trae a la mente tantísimos recuerdos que me hacen voltear y preguntarme si todavía queda algo del mundo de ayer. Es terrible. Siento que de pronto no soy nada de lo que era ayer. Pareciera que las emociones y la vida actual solo son una tortura de lo que antes solía ser. No tengo idea de cómo seguir expresando lo que siento, pero me gustaría encontrar las palabras para hacerlo.

No es que me queje (al menos no en el aspecto formal) de mi presente. Tengo cosas que jamás hubiera imaginado y vivo una etapa muy bonita, pero ni eso logra borrar todo el bagaje de sentimientos y melancolía que me despierta el pasado. No es bueno vivir en el pasado, lo sé, pero en este instante me hace más feliz en algunas ocasiones estar ahí que en el presente.

De pronto me doy cuenta que no sé lo que he cambiado y siento que me encuentro en un punto medio entre lo que alguna vez quise ser y lo que fui. En realidad es difícil, y no tanto por la praxis como por el hecho de adaptarse a una idea tan difícil de asimilar. No tengo la capacidad de adaptarme que yo pensé o la he confundido con la capacidad de tolerar y, siendo honestos, la familiaridad del trato humano es algo que no experimento ya muy seguido siendo que no sean las actitudes protocolarias a las que ya me he acostumbrado.

Definitivamente mientras más me veo inmerso en una dinámica social de una megalópolis, menos la entiendo. Probablemente es más mi sentido de rebeldía reprimido que está saliendo de algún lugar oscuro, pero ya para este instante, estoy a punto de explotar al respecto. Las decisiones que yo mismo tomé pueden llegar a ser negativas si dejo que el rumbo de las situaciones me domine.

La verdad es que extraño las tardes lluviosas entre las montañas y los llanos, extraño el bosque que alguna vez estuvo enfrente de mi casa (o la casa que alguna vez estuvo en frente de un bosque). Extraño los árboles de frutas y el invierno, las lluvias que más que una preocupación eran una fiesta. Extraño las tardes de soles esplendorosos en lugares llenos de paz. Extraño una vida que parecía en algún instante onírica. Dicen que nadie sabe lo que tiene hasta que lo ve perdido, y es algo muy cierto.

Hay una sensación en el aire que me impide sentir esa tranquilidad que busco. Pareciera que deliro, y espero que así sea. Es terrible saberse perdedor de un mundo antiguo, pero es parte de la madurez. Aunque, si el aprender a dar sin esperar a cambio, ser paciente, tolerante y dejar de pensar tanto en lo que los demás dicen es parte de la madurez, es verdad entonces que la madurez es más un anhelo que una realidad.

Al cambiar el rumbo de esta confesión, me doy cuenta también que, si hubiera un solo concepto de madurez que englobara valores como la templanza, la sabiduría, la cooperación y la buena fé, se volvería obvio que a lo largo de la historia no podemos hablar de que el hombre ha madurado. La civilización ha evolucionado, si. Los métodos y modos de producción han cambiado y se han producido relaciones de interdependencia en un sistema cambiante, así como un gran adelanto en los conocimientos científicos y tecnológicos. Probablemente, siguiendo lo que dice Morris Berman, los mecanismos de contención de la envidia se han hecho cada vez más endebles y hay una diferencia mayor entre el yo y el otro a lo largo de la historia, así como una cosificación de la naturaleza. Pero, y con todo eso , ¿Cómo podemos juzgar si la humanidad ha madurado?.

Considerando los recursos, los conocimientos, la cantidad de población, los proyectos comunes y el futuro compartido que tenemos como especie, es evidente que no estamos actuando de manera óptima. No estoy condenando a la civilización actual, pero si considero que de seguir las cosas como han seguido a lo largo de la historia, el caos y la anarquía predominante pueden tomar un curso tal que podremos presenciar la existencia de un gran gobierno mundial de facto o de un sistema de estados más fragmentado que el actual. Lo que no mencione es que la característica principal de ambos sería un individualismo rampante y deshumanizante, una posible anarquía a niveles micro o en ciertas regiones y una visión cada vez más economicista de la realidad. Es más, si se me permite, (y en detrimento de la cosmovisión occidental predominante: dígase paradigma cartesiano, newtoniano, judeocristiano, capitalista, etc.) yo diría que más que una visión economicista, una cosmovisión economicista , individualista y falta de espiritualidad, sin respecto acerca de las necesidades de la persona humana, disfrazada en un racionalismo tajante al puro estilo positivista (con paréntesis en procesos de transculturalidad, derechos humanos, laborales, de género, cooperación internacional y desarrollo social, claro, vistos, interpretados y puestos en práctica desde la visión predominante economicista).

Me atrevo a ser hereje, profanaré una idea. La visión occidental pierde su carácter distintivo occidental cada vez más en las sociedades no occidentales que la adoptan lentamente como propia y pasa a ser la visión universal. Que Dios nos ampare.

De pronto se me acaban las ganas

El viernes pasado la ciudad quedó hecha un caos, al menos para los que utilizamos la línea verde del metro. Un compañero y yo tuvimos que hacer un viacrucis para poder llegar a nuestros respectivos destinos; y cuando digo viacrucis, lo digo en serio. Para mí, además de hacer más obvio de lo que ya era la semiesclerosis del sistema de transporte colectivo, también hace evidente la fragilidad de las grandes concentraciones humanas. No es que sea un partidario de la teoría del caos (y no es que no esté a favor pero ni siquiera la conozco realmente bien), pero la organización de las grandes concentraciones poblacionales, por su propia naturaleza, hace del transporte colectivo un reto.

En primer lugar, sería necesario conocer las causas por las cuales las personas se trasladan tan frecuentemente de un lugar a otro. En segundo, en tercero y en muchos lugares más debería escribir un montón de cosas más, lo sé, pero han pasado más de 10 horas de que escribí esto y no tengo idea de por qué pero de pronto me duele todo y no me da apetito de escribir más. Ahora que de todas maneras tengo más tarea que hacer. El día tuvo un clima raro, se me olvidaba desde hace mucho tiempo el motivo existencial de este lugar.

Interes nacional... ¿A cuantas mensualidades?

Se me pasó la semana. Se me olvidó escribir en la semana. Tengo mucho sueño y me duele mucho la cabeza. El grupo ABC jugó un papel títere en las negociaciones de Niágara Falls para resolver el conflicto de la guerra de revolución en México y la permanencia de Victoriano Huerta en el poder. Actualmente, no sé qué tanta semejanza haya entre estas negociaciones y las actuales negociaciones del frente Polisario con Marruecos con la ayuda de España. ¿Cuáles son las características que exige una situación o que se pueden presentar para crear momentos tales en los que una potencia externa pueda entrar en una negociación a apoyar una posición hegemónica? Si bien es cierto que los intereses son vitales, ¿Qué sucede cuando no hay intereses tan obvios?

¿Qué pasa cuando hay errores en la planeación de la política exterior desde las consideraciones del interés nacional?¿La culpa es sólo del tomador de decisiones o de todo el sistema de creación de la política exterior? Es importante tomar en cuenta la carga histórica para plantear el proyecto de nación y por lo tanto, el interés nacional; pero entonces ¿El estado tiene una carga emocional?

El estado se dice que no tiene carga emocional, mientras que la nación sí. Esto implicaría que existe una relación neurótica entre el Estado y la Nación. Esto explicaría la cantidad de conflictos existentes entre los Estados. Pero a mi parecer el Estado tiene cierto sentimentalismo que defiende a través del nacionalismo que enarbola. El problema empieza cuando hablamos de estados multinacionales ¿Qué pasa en una nación como México?

En algunos momentos resulta muy debatible la idea de la mexicanidad ya que cada región tiene especificidades muy características. Entonces eso implica que la nación mexicana se conforma como un conjunto de variaciones del mismo tema con ciertas variaciones representativas de este.

Regresando a lo anterior ¿El estado ejerce los sentimientos de la nación en conjunto, de la clase o del individuo? Si fuera cierto que los Estados con menos conflictos responden más a los intereses de su nación y están en mayor armonía, y considerando que el estado es amoral ¿Entonces una nación armónica es igual de amoral que su Estado? Según el realismo político no es así, pero que problema. Hablar de estas cosas me da hambre

No pensé poner esto.

Hoy voy a tratar de escribir algo inspirado en el cadáver exquisito, a ver cuánto tiempo puedo seguir escribiendo sin un esquema definido. Empecemos. No me gustan los esquemas forzados. Trato de no forzarlos mucho pero no me sale. Ah, debo de empezar a esquematizar más las cosas. Mi alumna esquematiza más que yo. Me gusta la canción que estoy escuchando, es una canción que huele a queso. Quiero hacer un cuento corto. Este no es un cuento corto. Los sonidos del Messenger son constantes, tengo que contestar. Ya contesté, espero que en un determinado momento, no, no espero nada, porque ya pasó. La cumbia me gusta un poco, eso puede sonar a una confesión fuerte en algunos círculos. Vuelve a sonar el Messenger. Este texto está lleno de puntos. No se me ocurre nada, tal vez porque todo el día me he estado muriendo de sueño. Esto ya parece un diario. No me importa. Sigo escribiendo. Ah, tengo comezón y me rasco. Sigue sonando la música. Los polígonos de frecuencia son tan fáciles de entender como los triángulos acutángulos, ¿no? Es el tema de conversación actual: los triángulos acutángulos. Un grupo de ultraconservadores hicieron una magna manifestación contra Obama, mientras yo escucho música francesa y mi ventilador está en una silla viéndome fijamente. Tengo problemas con mi tema de tesis y con mis brackets. Sigo esperando comentarios en esta cosa, aunque no va a haber en mucho tiempo. Quiero fuentes, muchas fuentes. No me gustan las notas al pie de página, pero tampoco me voy a quejar tanto de ellas. Sigo sin escribir algo más coherente. El gato del vecino es un gato negro que maulla muy feo en la noche, yo lo veo y me pregunto tantas cosas de la vida de los gatos cuando lo veo que me termino cansando y me acuesto. Quiero un nuevo protagonista en esta historia.

Un nuevo párrafo, que felicidad. No lo puse en signos de admiración porque fue un sarcasmo. Ah, me gusta la música italiana. El gato negro del que hablé sigue en el mismo lugar, intacto, como si el tiempo no hiciera efecto en su ser. No me acuerdo de ningún buen adjetivo para describirlo. Daría 200 pesos en alguna moneda devaluada para saberlo. Tengo agruras y mucho sueño. El gato sigue ahí. Creo que sólo puedo escribir por encargo, lo que es paradójico porque me encanta escribir. Sé qué es la yuxtaposición, pero no me da la gana usarla; es que así me siento más natural. Mi puntuación es un asco y yo lo sé. El caballo de mi vecino no sé de qué color es. Nuestro idioma es hermoso. Ninguna de mis ideas tiene una relación de una con otra. Ya me duele el brazo por la posición que tengo.

El profundo pensamiento del que debería hacer presunción en este espacio desapareció. De un tiempo para acá no puedo hacer lo que hacía. Ya no sé si es el cansancio por la neurótica decisión que tomé en segundo semestre o una situación coyuntural en la que estoy inmerso, lo que si noto es que me ha afectado una fibra extraña en alguna parte de mi cerebro y mi organización. Mi libreta es un desmadre. Nunca he presumido de tener la mejor libreta ni la mejor letra, pero lo que está pasando ahora no puede ser, y además no me interesa. Ya no tengo el orden que solía tener y, a pesar de todo eso, sigo en pie hasta el momento en las cosas académicas, que de un tiempo para acá, aunque me pueden llegar a gustar y relajar (como está clase, y no es que sea un lambiscón, sino que es la verdad), la mayoría sólo me estresan y se me figuran como un trámite burocrático kafkiano (lo que sea que eso signifique). Me encanta escribir en este espacio, porque es mío. La derecha y la izquierda son los nombres que tienen mis brazos, y como soy estúpidamente ambidiestro, me confundo con ellos la mayoría del tiempo. Quiero regresar a tiro con arco, quiero regresar a mi pasado, cuando el sistema internacional y lo comida tailandesa se me hacían harina del mismo costal.

Nunca voy a escribir bonito ¿Y qué? A mí me gusta como escribo (sólo a veces). Hoy en la mañana no quería escribir, pero ahora sí. Tengo un trabajo ocasional que me gusta mucho, pero no tiene nada que ver con la carrera. Tengo miedo y tengo una playera blanca. Tengo unas tortugas o tenía. Tengo una visión intemporal de la historia donde lo que pasa hoy y lo que pasó ayer y hace mil años está en el mismo instante (eso lo leí en una lectura de África, pero es que así me siento). Siento que el mundo siempre ha sido el mismo y lo será siempre, y si no lo es ¿Qué más da? Al final, cuando no quede nadie sobre la Tierra porque la temperatura del Sol se haya elevado tanto que no permita la vida en el planeta (lo que pasara en unos miles de millones de años o tal vez en menos tiempo, la verdad no me acuerdo) No tendrá sentido nada de nada. El ser humano, no lo sé yo, pero no creo que sea eterno. No tengo ni la más mínima idea de cuándo nos extinguiremos como especie o si eso vaya a pasar, pero tengo una corazonada al respecto. Somos menos que nada en el universo. Ah, por eso me gusta la idea de Dios, me gusta Dios. Y me aterroriza el hecho de pensar que estoy asquerosamente solo en la creación y que no soy un instante de un tiempo que no se si ha sido infinito desde el principio, me tortura la cabeza no poder imaginar un espacio sin fin y no puede entender un motivo de una existencia sin motivo. No me puedo ver como un montón de materia apilada de una manera física que pasa a química, que pasa a biológica, que pasa a cognoscitiva y a filosófica, y a social, política, económica, personal y lúdica y que no deja de ser lo mismo que el principio: Una masa, un montón de átomos con el nombre de Daniel Eduardo y con una conciencia propia. No me da mi cabeza para entender que esa conciencia no es nada tangible o grabable, tal vez si expresable, pero que no tiene una existencia física y que no la tendrá nunca, que esa masa a la que me refiero (yo y mis meta discursos o lo que sea) es menos que nada o nada, y que ni la que tiene un estatus más alto en un orden social es nada. No sé de dónde apoyar mi tesis. Inclusive puede que esté profundamente equivocado al respecto de que no somos nada, porque ¿Cómo o con qué lo puedo medir? En el término más absoluto que mi subjetividad pensante me permite imaginar, lo absoluto es incognoscible a través de cualquier cosa, ni de la razón ni de la experiencia ni del sentimiento, el absoluto no “es” para sí, ni para casi nada de lo que lo rodea. Al menos para mí, las cosas sólo son al estar cerca de mi conocimiento: Sí, mi conocimiento como parte inanimada de mí, pero sin sentido porque es inexistente al absoluto físico que no tiene una existencia per se según un ente que tiene una existencia limitada por una naturaleza incomprensible.

Mi angustia es la siguiente ¿La conciencia humana depende de su naturaleza física para la identidad individual per se? No sé si lo dije bien, pero lo que quise decir es ¿Qué sentido tienen los actos humanos individuales y eternizables para un individuo de naturaleza dudablemente eterna que basa por lo general el motivo de su existencia en su misma experiencia? Digamos que no tiene mucho sentido hacer las cosas para uno mismo pensando en una inmortalidad que probablemente no existe para que al final la muerte esfume a ese individuo, para que no quede nada, para que desaparezca todo, digamos, el individuo. Sólo sigue la materia ahí, pero lo inmaterial ahora es, no sólo inexistente en el plano praxiológico de los demás entes fisícoquimicoeconómicopolítocosociales, sino que además, ya no puede expresarse en el absoluto del que nunca formo parte como tal. Por eso me gusta la idea de Dios, de un absoluto con conciencia de su existencia y benevolencia en el sentido que cada persona que lo idealiza lo entiende, un absoluto que pueda recoger en su existencia la inexistencia de las identidades caducas sin ente material que las produzca.

Me gusta Dios, aunque tal vez no existiera.

Me muero de sed ahogado

Hoy no quería escribir, pero de todas maneras lo voy a hacer. Me duele todavía mi pie. Este espacio está volviéndose más un twitter grandote. Tengo mucho sueño. Los últimos días (espero no haberme desviado mucho del tema) han sido muy húmedos. Juro que han sido demasiado húmedos. En mi opinión, la estructura urbana de la Ciudad de México agoniza de manera estructural en uno de los puntos más importantes para la supervivencia humana (aquí y en China): la administración y la estructura hidráulica, sea esto drenaje, alcantarillado o tuberías de agua potable. Es una tristeza pensar en la cantidad de litros de agua que se desperdician por minuto y, a la vez, observar la cantidad de agua que la Ciudad de México recibe en las épocas de lluvia cada año. El gobierno ha descuidado sistemáticamente los problemas hidráulicos a lo largo del tiempo, pensando que la Ciudad de México jamás agonizaría en estos sentidos o que el problema se resolvería conforme la zona conurbada se fuera expandiendo. La realidad no ha sido esta. El Universal sacó un artículo hoy en el cual señala que en 20 años la Ciudad de México padecerá de un problema realmente grave de abastecimiento de agua (véase http://www.eluniversal.com.mx/notas/625546.html ). La falta de recursos acuíferos no es el problema, sino la explotación excesiva que se hace de estos y la contaminación de los mantos acuíferos existentes. Una verdadera inversión en infraestructura y una campaña en educación para la conservación del medio ambiente, aunado a un aumento en el desarrollo científico dirigido al almacenamiento de agua de lluvia, limpieza, restauración y mantenimiento de las vías fluviales y los mantos acuíferos podría cambiar la situación, pero como no pasa, seguiremos ahogándonos y muriéndonos de sed al mismo tiempo.

No hay gente sana

En el periódico "EL PAÍS" leí un artículo que dice que actualmente los médicos y las farmacéuticas dicen que la gente no está sana, sino preenferma. Ya no sé si es más enfermo decir que la gente esta pre-enferma a en verdad estarlo. La obsesión por la salud como materialización del bienestar ha llegado a extremos un poco hipocondriacos. Es algo como la pre-diabetes (¿Cuando se vuelve diabetes?) o la gente que tiende al sobrepeso. Aunque no sé prácticamente nada sobre la materia, es algo que no se me hace muy sano (Tampoco sé poner el acento en "sé")

Ayer llovío mucho. El perro estaba afuera de la casa y se mojó bastante. El pobre animal se fue a refugiar. Pobre perro, debió de tener mucho frío y estar muy mojado y solo. Cuando lo vi, me acordé de que en todo el fin de semana yo vi a dos perros muertos. Tal vez esa mala vibra, aumentada a mi distracción generó que mi suerte declinara y me callera en un mar de aguas negras. La salvación a todos mis males estaba a menos de dos cuadras y a más de un regaño, así que decidí resguardar mi alma y confortar mi cuerpo. Por un momento me sumergí en lo mas profundo y sucio de la ciudad (un charco de aguas negras). Ya en serio, hace mucho que no me pasaba algo así, es algo que nunca olvidaré (además de ese pobre perrito).

Oh, pobre perrito. Me daba mucha pena, ahí solito y mojado. En la vida ¿Hay algo más seguro que la muerte? ¿Hay algo más voluntario y a la vez más triste que la soledad? ¿Me debo de poner árnica en el pie?


Mañana será otro día. Y volverá a llover.


En la mañana

En la mañana.
En la mañana no vi las noticias.
En la mañana no desayuné.
En la mañana no tuve tiempo.
En la mañana estoy.
En la mañana hace frío.
En la mañana tengo flojera.
En la mañana hago el blog de taller.
En la mañana mi compañera de junto pone más atención que yo.
En la mañana me da flojera escribir pero igual me gusta.
En la mañana no sé la pregunta clave.
En la mañana uso términos raros.
En la mañana no sé en dónde estoy.

En la mañana hablaré de algo interesante ahora. El presidente dio su mensaje a la nación ayer, en el cual mencionó 10 puntos para los siguientes 3 años de gobierno. Al respecto de algunos puntos, veo que tal vez existe un poco de voluntad política (como en el caso de la reducción de los trámites). Hay 2 puntos que atraen mi atención: El seguro universal de salud, en el cual, aunque se ha avanzado hacia ese rumbo, debe de analizarse y replantearse ya que no sería funcional ni útil la existencia de un seguro universal que no tenga la capacidad de atención necesaria y que no pueda proporcionar la calidad que exige un servicio de salud. En mi experiencia personal, en el laboratorio donde hice mi servicio social en la preparatoria, había una carencia frecuente de reactivos para análisis debido a causas de presupuesto, lo que repercutía en el servicio, y por lo tanto en el estado de salud de los derechohabientes. El otro punto que me parece contradictorio son los programas de ayuda que propone el gobierno, esto lo digo porque ¿Cómo es posible tener un gasto social eficiente cuando se recorta el gasto en cuenta corriente del presupuesto gubernamental para el ejercicio anual fiscal? Hay que pensar muchas cosas.
"BACANAL '09"


La práctica del “Bacanal" en la que se es conocida por tener relaciones sexuales entre un grupo extenso de personas donde en la Antigua Grecia era su pan de cada día. Como se habrán dado cuenta, este singular sustantivo es con el que el dramaturgo David Hevia decidió nombrar a esta profunda y filosófica puesta en escena que se estrenó el pasado viernes y que con el nuevo conjunto estudiantil de nuestra máxima casa de estudios nos invitan los viernes, sábados y domingos a las 18: 00 hrs. Ampliamente recomendada, con presentaciones el foro del CUT.



De política y otras desgracias

El problema africano es inmenso. La falta de compresión de los occidentales hacia los problemas de África es terrible. Se me hace semejante a la dejadez e incomprensión por lo diferente y desconocido a nosotros. Esa estupidez de ir en una facultad de Ciencias Políticas y Sociales (SOCIALES) sin saber cómo se llama el que se sienta junto es un poco extraño, y no digo que yo no lo haga, pero eso nos daría pie a entender la terrible complejidad de la comprensión intrínseca de la realidad del mundo. ¿Si entre las personas no sabemos nuestros propios nombres ni los problemas de los demás y sólo estamos enfrascados en un sistema (destaco la palabra "sistema" ya que no considero que sea un problema de cada persona, sino un síntoma de una estructura que forma un sistema del cual somos parte), como vamos a saber la concepción de personas tan alejadas y diferentes a nosotros?

No podemos negar la occidentalización. No podemos negarnos occidentales. Podemos criticar a Estados Unidos (los mismos hippies que lo hacen y alimentan a la vez tal cultura). Si, la contracultura se volvió cultura y yo me voy a hacer un alaciado permanente en los bellos de la axila.

Como sea.

El clima es caluroso. No escribo bien, una voz en mi oreja me lo dice y me hace creer que escribo peor que un perro borracho en una mañana de pascua, lo cual es totalmente cierto (o lo sería si es que los perros pudieran escribir).

Me gustan las reglas. Sobre todo las que son marca BACO.

Por eso mismo me gustan los diferentes ángulos (Sobre todo si tengo un transportador con cual medirlos).

Escribo algunas estupideces. Me gusta. Es relajante.

Regresando a África, hay muchos animales muy bonitos. Me gustan los elefantitos rosas que venden en las tiendas de peluches. Pero eso no es un legado de África, eso es un legado de la tienda de peluches. Hablar de África es hablar más allá de las cosas que nos dicen. Es hablar de algo que no conocemos y que aún así en algunos corre en un pequeño porcentaje por nuestra sangre.

Pero lo importante no es la sangre que corre por uno, sino el piso que está debajo.

Actualmente me preocupa el piso que tengo debajo de mis pies. Sobre todo porque es un cuarto piso. Esta mamada echa a perder todo lo anterior, y lo digo de manera consciente. No puedo ser tan serio de manera tan continua porque sino no podré explotar y lloraré como zarigüeya.

Me gusta el tema de África. Este blog no tiene sentido. Hoy el clima es bonito. La voz de mi conciencia dice que soy un pendejo sin remedio. Me gusta mi conciencia, más cuando me habla al oído queriendo entrar a mi mente (imagínense cómo).

África esta muy lejos. Quiero ir a África. Mi vecina es una anciana octogenaria que fuma siempre que riega su jardín y no quiere ir a África. Puedo escribir babosadas para que nadie las lea, ni siquiera mi conciencia, porque no le quiero dar a leer lo que quiere, sería tan común como yo mismo y como lo que le gusta, pero honestamente me harta. Britney y Lady Gaga ya me tiene un poco harto como para escribir en la misma lógica occidental de la lógica cotidiana. Soy tan idiota que seguramente esto que estoy haciendo y este mismo modelo forma parte de otro modelo occidental que sólo falta que se ponga de moda. Al menos como no puedo cometer errores de ortografía, no puedo escribir como emo con signo y medio y quitar la s y poner z y quitar las o y poner 0 en su lugar. Eso es muy relajante, pero cuando quiera ser emo, tendré una razón más para deprimirme.

¡No!

No es hora.

La lucha social puede esperar.

La sociedad siempre va a existir. Cuando quiera luchar, será el momento de su lucha.

Yo quiero luchar.

Podría escribir cosas buenas esta noche. Podría imitar los versos de Martí pero no me da la gana.

Hay un poeta centroamericano, del cual amo como escribe. No me acuerdo como se llama, pero me encanta. Escribe por escribir a primera vista, pero confunde al lector. Sus detractores lo juzgan porque parece que su lectura no tiene sentido, pero al analizarlo, sus escritos tienen un contenido político extremadamente explosivo, que sólo es visible para los que tienen más de dos dedos de frente.

Me gusta la lucha social, más cuando sabe a vainilla, porque cuando sabe a chocolate no me parece mucho. Y lo digo porque a veces su sabor es demasiado empalagoso, es mejor que sepa amargo, un poco más real.

La crítica tiene que ser objetiva con el objeto a criticar, y subjetiva con los medios para hacerlo.

Mi conciencia no va a leer mi blog porque es muy pinche gandaya. Preferirá leer las pendejadas que le pasan a cualquier diva gringa, eso, como el escribir estas cosas sin sentido, es más relajante. Mi conciencia quiere dormir, y por lo tanto yo también. Mi conciencia se hace pendeja, y yo también. Mi conciencia me dice que soy obvio, y no le gustan los sarcasmos porque no los entiende, y yo tampoco, pero me gusta hacerlos.

¿Para qué crear algo que ni tu propia conciencia quiere leer? Otra razón para emocionarme. La negación de la realidad a través de cantos mántricos esta intrínsecamente relacionada con el mal aliento. Escribo porque escribo, pero me gusta. Mi conciencia me chinga mucho, porque no puede escribir cosas más coherentes en las clases (Como lo que me paso con el chile en nogada). Mi conciencia soy yo, una división interna. ¿Cómo puedo llegar a entender a los demás sino puedo entender que a mi parte inconcsiente de la conciencia le vale madre la filosofía y no la entiende? A mi parte consciente también le vale madre. Tengo mala ortografía.

Dejo de escribir. El clima está lleno de nubes y a mi conciencia le gusta meter más para que no vea ni madres. Yo tampoco veo. Prefiero escribir esto a descripciones de la realidad.

Enfermedades.

Pensamientos enfermos atacan mi mente en este instante. No sé (como de costumbre que no sé nada) si son pensamientos enfermos o paranoicos, el punto es que a veces quisiera ponerle a ciertas personas un chip para saber donde madre están. Eso puede sonar como si hablara de mi perro, pero lo peor del caso es que no es así. No es tan fácil despegarse de una idea como esa. Ese es el primero de mis pensamientos estúpidos, aunque hay otros como los celos, las preocupaciones, las ideas contradictorias y un gran etcétera. Estaba a punto de hacer un idiotez hace rato pero creo que lo logré componer.

No voy a escribir esto en relación a lo anterior ¿o sí?. Ya no sé porque hago tantas preguntas a un ente que no me las va a contestar (me refiero al monstruo comegalletas de mi sobrino). Este ente es medio callado, bueno, realmente es muy callado porque no habla.

El día fue muy feo. Lo digo yo y lo que diga el meteorólogo me lo paso por las orejas. Las malas noticias, que no puedo considerar como tales, salieron a primera vista. No esto apto para tomar las decisiones que deseo ni la vida que presupuse llevar.

El mundo es feo. Esta ciudad es fea. Yo soy feo ¿O será que estoy mal de los ojos? Me gusta el blog, se me hace muy apasionante poder escribir de cualquier cosa que me pasa o cualquier estupidez que se me ocurra y que no tenga que ver con política o cosas de esas. La verdad es que en este tiempo no me he dado la oportunidad de estar en un grupo de estudiantes preocupados por esa clase de cosas simplemente porque las decisiones que he tomado me han llevado a aislarme del ente social llamado alumnado.

El malestar crece a cada instante. Sólo hay algo en este mundo que lo puede calmar, y es lo mismo que lo provoca. Juro que no es la comida ni tampoco el calor.

Hoy me doy cuenta también que hago hipótesis pendejas todo el tiempo, pero no importa, al menos no conozco a nadie que no las haga, a corto o largo plazo.

Me chocan los acentos en español. En ingles no hay acentos, pero no debo de quejarme, porque en francés hay muchos.

Y este ejercicio sigue, la desesperación sigue creciendo. El sueño a veces me la quita, pero es muy efímero. Hay cosas que uno necesita tanto que se vuelven una adicción. Y lo peor es que a veces esas cosas tienen voluntad propia.

Pensamientos enfermos.




Por cierto, el clima va a ser nublado en las tardes, con un huracán que no sabe que pasa con su misma existencia. De preferencia, salir con paraguas, o con bolsas de plástico o con shampoo para tomar un baño.