Jajaja

Esta es la segunda vez que digo que escribo por última vez en un buen tiempo. Cómo no. Me duele la espalda y creo que sigo igual que ayer al respecto de la cabeza. No puedo poner mucha atención a nada en absoluto. Definitivamente tengo déficit de atención sea por lo que sea. Escucho una voz lejana que está enfrente de mí y habla y dice palabras sabías (y huecas). Y me mata de la felicidad escuchar el silencio e ignorar la voz. Me hace sentir tranquilo; sin embargo, la tranquilidad no es eterna.

De pronto, mi párrafo se quiebra, empezando con uno nuevo. Viene a destruir mi tranquilidad y genera una nueva situación que implicaría comenzar con un nuevo tema. Choco mi cabeza a cada instante, momento a momento con la pared, esperando que se abra y salga una nuez o algo así. El futuro pinta feo, como toda la vida, y la gente por lo tanto sigue haciendo lo que quiere. Inclusive puede ser que no haya una relación entre una cosa y la otra, sea lo que sea una cosa y lo que sea la otra. Si quieres entender al todo, vete a dormir; si quieres entender todo, descompone las partes; si quieres entender todo, no hagas nada.

En algún momento parece que sólo lleno de letras y más letras el conjunto de espacio que queda aquí. Sigo pensando que cada quien hace lo que quiere. Sigo creyendo que la vida es vida y no es otra cosa porque las palabras así lo dicen. Sigo escribiendo. Sigo aquí. Así mismo, sí. ¡Ay que flojera! Simplemente es impensable para mí en este instante, porque como ya lo dije, no puede ni siquiera pensar a profundidad ni siquiera en mi nombre.

¿Será sueño? ¿Serán los ojos? Igual y no es nada. Buena idea: estabilidad. Eso es lo que falta, estabilidad. Esta inestabilidad constante ya me tiene harto. No sólo la inestabilidad, también la competencia. La competencia que tengo conmigo mismo, con los monstruos que yo mismo he creado a lo largo del tiempo y que, sin duda, comen el tiempo y la vida. ¿A que sabrán el tiempo y la vida? Tal vez no saben a nada.

Otra cosa que ya me tiene aburrido es negociar. Ya no puedo negociar más, ya sólo quiero negociar con mi ente y quedarme inmóvil. Cada movimiento, el más pequeño incluso, se vuelve una provocación al desorden, al caos; sin embargo, el caos sigue teniendo un orden impreciso pero perfecto. Un modelo, quiero un modelo para saber cómo pasan las cosas ¿Cuáles? No lo sé, igual y hago cosas que respondan a mi modelo. Es tan cierto que los modelos a veces se hacen más para construir mundos y circunstancias que para explicarlas. El futuro parece incognoscible pero construible. Mi mamá me regaló una regla.

Esto no va a ser leído por nadie, tal vez sí, Dios sabrá. Con que yo lo haya leído basta. Es más que suficiente mientras el espacio se va acabando, lentamente. Ya prácticamente acabamos, y me doy cuenta que más que un escritor, sólo soy un relator, sólo estoy recopilando ideas que vuelan por todo el aire y las guardo en la canasta electrónica. La decadencia es una realidad real más cercana a la realidad que la realidad misma y me vale haber escrito tantas veces la misma palabra o raíz etimológica. Ayer tuve una lectura en alemán con un término que significa “extranjero” o “extraño”. Fue muy divertido, fue tan extraño como la palabra, fue tan raro como esto mismo, y no me queda la menor duda. Es simplemente extraño, pero es el último paso para llegar a un descanso prolongado y quién sabe qué cosas más que falta hacer. Ya quiero que esto acabe.

Perdido en la vida

Tengo cosas más importantes que hacer y me sigue doliendo la cabeza horrible. La adjunta habla sobre las próximas clases y lo que hay que hacer. Me siento distraído: este dolor es punzante y constante y no cesa, no puedo dejar de pensar en él. Para colmo de males parecería que no tiene caso escuchar. El tiempo pasa y pasa y la gente llega y llegas, y yo sigo escribiendo lo primero que se me viene a la menta esperando que en algún instante me llegue la musa, aunque me han dicho veinte mil veces que eso no pasa, al menos tengo la intención de seguir aquí hasta que me inspire. La profesora acaba de llegar, nos empieza a hablar y creo que quiere regañarnos, al menos se le ve cierta intencionalidad. ¿Qué onda con nosotros? Es lo mismo que yo me pregunto.

Hace mucho calor y eso que es invierno. El Sol de invierno es un solo que quema pero sólo eso, no calienta ni se siente bien. La clásica polución del DF hace ver a la ciudad de una manera bastante peculiar, no tan fea realmente, pero sí peculiar. Ahora parece que la espada de Damocles pesa sobre mi cabeza al respecto de los favores y el tiempo. No sé en donde está la espada de Damocles, es más, no sé quién demonios rayos es Damocles.

La teoría crítica es rara ¿o será que no tengo ganas de escuchar nada al respecto? Creo que nos acaban de dar una buena noticia acerca de un examen un poco pesado que no quería hacer. Nadie se acuerda de lo que vimos, y si se acuerdan, no quieren decir nada. Ya lo dije, sí, ya lo dije, fui el primero en hablar, y a pesar de que haya dicho puras necedades, lo hice. Hoy no tengo ganas de hablar de nuevo, así que trataré de callarme a futuro.

Tengo una flojera y apatía inmensa. Mis dedos automáticos escriben frases que mi entendimiento no logra dilucidar porque de hecho no pueden ser dilucidadas. Estoy inmerso en un curso de blablablá impresionante: simplemente es increíble que escucho voces que no dicen nada a mi parecer. No es que yo sea el mega erudito ni mucho menos, pero estoy simplemente con cara de hongo, de un hongo que parezca champiñón. Me dicen que hable, no quiero. Sigo escribien, un dos, tres, cuatro ¡mambo uh!

Otro párrafo, que sale del teclado sin un motivo de existir, sólo existe y no pregunta por qué, creo que no tiene la capacidad de preguntar el porqué al menos hasta que yo se la dé. Yo creo que no creo nada, yo creo que no debería de hablar de estas idioteces porque son aburridas y las yemas de mis dedos se opone diametralmente a seguir tecleando. Están a poco de parar, pero todavía falta. Probablemente es un problema más de tipo psicológico, pero si no termino una página entera no me siento contento con mi entrada en el blog. No lo sé, para mi esta hoja es algo así como un espacio simbólico en el cual puedo expresarme de manera más tranquila que en muchos otros lados, inclusive mi almohada ya está celosa de éste blog. Es genial, es el lugar perfecto para comentar cualquier cosa y que nadie la lea, eso es bastante bueno cuando quieres sentirte escuchado en el silencio.

Yo no sé, es pregunta. ¿Es pregunta? Sí, sí es pregunta. Pregunta que pregunta lo que preguntan todos. Pregunta sin respuesta, pregunta que no responde y solo pregunta más preguntonamente para todos los preguntones. Así, sí, así mismo, parece que va a terminar la pregunta que jamás será respondida y seguro se va a quedar en el éter. El éter, si el éter, el éter de mi estúpido dolor de cabeza, sólo eso, el gran y estúpido éter de una existencia que a veces parece vacía.

Die Zeit ist Reif

En este instante empiezo a percibir que los últimos 4 meses me la he vivido (y no importa si parece verbo reflexivo) en un estado de emergencia constante. No me acabo de inventar lo que estoy diciendo, lo que sucede es que apenas empiezo a interiorizar una situación de la cual había sido protagonista y que ni siquiera me había dado por enterado. Al parecer es momento de reconstruir o replantear muchas cosas, y lo peor del caso es que vienen los peores momentos y los tiempos más decisivos para mí.

No tengo ganas ni siquiera de pensar que es lo que pueda suceder, no quiero ni imaginarlo. En efecto, no tendré ni siquiera tiempo para imaginar que es lo que podría pasar; sin embargo, el hecho de que no tenga tiempo no implica que no lo vaya a hacer. Necesito un descanso, simplemente eso. Apenas me puse a pensar que no tiene sentido estarse quejando de todo si igualo va a dar por resultado el mismo.

Cesaria Évora sacó su nuevo sencillo llamado “Ligereza”. Si bien no es tan movido como las canciones a las que me tenía acostumbrado, me gusta mucho. Ahora mismo la estoy escuchando al mismo tiempo que platico con mi mama sobre lo barroca que es la comida mexicana, y efectivamente, todos coincidimos que es mucho más rebuscada que la gastronomía de otros lados.

Me gusta escribir en este blog. Es una de las actividades escolares más relajantes que tengo.

Dejo mucho espacio, al menos puedo jugar un rato con eso.

¿Verdad?

Creo que esta entrada será mucho más pequeña que la mayoría, pero es que en verdad no hay motivo para que sea más grande.

En las tardes como estas el mundo se acaba, y se reconstruye en una mirada ausente.

Egipto

Resulta que yo pensaba que ya era suficiente con cumplir con los requisitos cuantitativos acerca del número de entradas en el blog. Por lo visto, no fue así. Bueno, en parte es bueno porque éste ha sido el espacio a lo largo del semestre para desquitar todo mi stress; sin embargo, esta semana tenía muchos trabajos finales (los cuales ya casi están acabados).

Por alguna extraña razón me encuentro inmerso en una sala de café en el centro de la ciudad de México. A pesar de que es un lugar bastante agradable, después de todo el tiempo que ya llevo acá, mi opinión no es la misma. Simplemente es demasiado, en verdad. No sé cuantas tazas de café llevo pero son más de 5, de eso estoy seguro.

Todavía no terminamos el trabajo. En verdad que es mucho. Hace como 3 horas de lo último que escribí. Ahora que ya comí y estoy en un lugar mucho más hospitalario, me siento más relajado. Sigo pensando que ésta es una de las tareas que más me gusta hacer. Al menos puedo respirar tranquilo sin estar pensando en pendejada y media por un buen rato.

En este instante lo de la revista se encuentra en proceso. Está quedando muy bien en verdad (al menos esa es mi opinión) y considero que va a quedar simplemente de maravilla. Ahora no sé cómo van a quedar mis tareas. Acerca de lo que sí estoy un poco más preocupado es el trabajo final de negociaciones; no porque vaya a quedar mal, sino porque no sé como vaya a quedar.

Esta es la hora de la hueva, y que si no. Pareciera que la pereza inunda todo el espacio disponible y cerca a todo lo que se encuentra cerca. Hasta los dedos pesan más al escribir, hasta el Sol parece que con cada rayo anuncia que el siguiente instante será más pesado y flojo que el siguiente. Son tantas mis ganas por postergar el siguiente acto que parece que hago todo lo posible por no hacer nada. En verdad que no quiero, y es tan así que escucho una cosa y sigo, leo otra y sigo, me pongo a pensar en la inmortalidad del cangrejo y sigo. No quiero, me niego rotundamente a terminar.

Pero la vida no se niega a seguir. Quiera o no, debo de terminar. Además, ya no falta tanto. Hace unos días bajé una información interesante para un trabajo. Se supone que mi objetivo es debatir la existencia de influencia de la cultura egipcia en las religiones judeocristianas. Hasta ahora lo que llevo de todo el trabajo es mi nombre y la palabra “bibliografía”, pero creo que va a ser algo más ligero que lo que hice de negociaciones.

Ahora ya es momento de empezar.

Y por último

Si no me equivoco, se supone que esta tendría que ser mi última entrada al blog ya que es la número 28. Eso para mí representa una gran alegría ya que implica que ahora tendré más tiempo para una serie de trabajos finales que me falta hacer. Ahora tengo una cosa menos por la cual preocuparme.

Yo no sé ustedes, pero a mí no me parece que al final de cada semestre sea lo mismo de entregar un trabajo final muy pesado y desequilibrado al respecto de toda la carga de trabajo a lo largo del semestre. Hay algunos trabajos finales que son más fáciles de hace u otros que se hacen de manera más amena o gradual a lo largo del semestre, pero en general, es un proceso muy difícil y tedioso.

Si algo rescato del hecho de que tengamos que hacer una serie de trabajos finales es el hecho de que de una u otra manera aprendemos a manejar la presión y el stress del tiempo y de la carga de trabajo. Juro que en verdad es una de las sensaciones más hermosas de la vida el terminar el semestre y dar un respiro impresionantemente profundo al darte cuenta que todo el esfuerzo llega a su fin. Se siente una tranquilidad increíble, una liberación de los nervios y los nudos de tensión, de pronto los ojos toman otro matiz y desaparecen las ojeras, al mismo tiempo que el carácter se suaviza y se torna más dulce.

Simplemente ya no puedo esperar. Ya no quiero esperar. Cuento los días para que sea 20 de noviembre y pase una de las etapas más difíciles y pesadas de todo este semestre, que no ha sido la cosa más sencilla ni relajada. No pretendo ser exagerado, pero hace mucho tiempo que no me había sentido tan cansado e incomodo por un lapso de tiempo tan largo. Igual y lo que pasa es que ya tengo una preconcepción y una idea fija sobre el semestre y ahora ya no me la puedo quitar de la cabeza. Si fuera así entonces implica que tengo un gran poder mental o una cosa así porque ya me lo creí tanto que hasta de forma física lo expreso.

Seguramente es el hartazgo. No creo que pueda ser otra cosa; sin embargo es muy chistoso que escriba sobre esto considerando que ya pasé la peor etapa de hartazgo, inclusive ya empiezo a tranquilizarme. Al menos ya no tengo el dolor de cabeza que me aquejó todo el día de ayer, y eso ya es una ganancia.

Cada día hace más frío. Creo que debido al Huracán Hilda (o como se llame) que se dirige al Golfo de México y al frente frío número no se qué, la temperatura bajará en los próximos días. Al menos el día de hoy no se sintió para nada el frío.

Ya va.

Ya va.

Ya fue y no regresa todavía.

Continuación del anterior

Dicen que soy un neurótico paranoico y no falta mucho para que yo mismo me lo termine creyendo. Hay una cantidad de presiones que yo mismo no puedo creer que haya soportado, y ahora que me doy cuenta que era más de lo que podía soportar es demasiado tarde. Probablemente es buen momento para cambiar varias cosas pero es muy difícil.

Por otro lado, no soporto el dolor de cabeza constante que sufro de un tiempo para acá. Ya me harté, supongo que es eso. Sí, tengo que aceptarlo: estoy harto. Si debiera definir de qué específicamente, no podría pero estoy seguro que son muchas cosas más de las que inclusive puedo percibir.

Ya es mucho tiempo y no termina. Pareciera que falta una eternidad. Definitivamente hay semestres que uno odia y este es uno de ellos. Bueno, no lo odio realmente; inclusive ha habido muchas cosas buenas y he conocido a mucha gente y amigos, pero hablando de la mayoría de las materias de la escuela, ha sido muy pesado.

Una amiga me dijo ayer que de todo se aprende algo, pero a veces es difícil ver que es lo que se va a aprender o para que carajos sirve.

Acaban de aplicar una evaluación de profesores. Fue muy aburrida, y además no sé qué sentido tiene aplicar esas cosas cuando los resultados no son conocidos por nadie. Un profesor de la clase de EEUU dice que si son públicas, pero el problema es que los resultados no tienen la difusión que deberían. También mencionó que no tiene razón de ser que hagan esas cosas ya que no pueden medir de manera objetiva la calidad de un profesor.

¿La unidad de análisis es el individuo o el Estado? La verdad en este instante no me importa porque ni siquiera tengo ganas de analizar nada. ¡Ah! Me acuerdo que en la prepa en laboratorio clínico los únicos análisis que hacían eran de muestras clínicas. Era tan interesante, pero bueno, como hace años que no hago eso ya se me olvido como se hace.

Hay gente que yo no conozco en la clase, al igual que la compañera que tengo a lado. Ella dice lo mismo (esa fue la razón para escribirlo).

Son los actores internacionales ¿Qué son? No sé, pero mi profesora dice que son ellos y eso no se debate. Hablamos de relaciones intersubjetivas y cosas por el estilo que no comprendo pero si entiendo.

Oigo muchas voces pero no tengo ni la más mínima idea de que es lo que quieren decir. Es como si estuviera metido en una convención en checo o en suomi. Simplemente frustrante. El nivel de frustración sube y sube a manera de una botella de refresco agitada y amenaza con explotar.

Sin objetivo

Esto es lo primero que hago en todo el día. No tengo ganas de hacer nada, pero mejor me voy resignando que tengo que hacer cosas, y son muchas. Cuesta mucho trabajo empezar a hacer algo nuevo cuando no se tiene la más mínima fuerza para tan siquiera empezar. Esa es la situación en la que me encuentro, ni más ni menos.

Debería de empezar a hablar de algo interesante, pero no. Mejor no. No tiene sentido en este instante al menos para mis ojos y para mis dedos. Preferiría preguntar ¿Qué tan efectivas resultan las rodajas de pepino en los ojos? En verdad necesito unas.

Me acabo de despertar como por cuarta vez en el día. Simplemente me niego a hacer las cosas, pero igual las voy a hacer. Y lo primero que quiero terminar es esto y mi índice tentativo de tesis. Es simplemente una situación insoportable el tener que hacer las cosas pero no querer hacerlas por un no sé qué que qué sé yo.

Inclusive cuento cada línea de éste escrito esperando a que sea la última. Mi cabeza no tiene la más mínima idea de que poner y repite y repite todo lo que puede. Estoy seco de ideas y simplemente vacío de creatividad. Preferiría solamente escuchar música ligera y esperar a que el tiempo pasara y pasara y se fuera.

Pero no. Las cosas no son así. El mundo no funciona así. Yo mismo de un tiempo para acá ya no funciono así.

En verdad es triste y patético tanto lamento, pero a veces es necesario. Es hora de empezar a terminar con lo que un día se comenzó.

ad aeternam

Hay días en el año como este en el que uno se pregunta si una pregunta indirecta es mejor que una directa o porque hay gente que trata de llenar su discurso con cosas que no tienen sentido. Bueno, hay que aceptar que son preguntas un poco inútiles e incluso estúpidas, pero no tiene nada de malo hacerlas.

Simplemente no da el día de hoy para escribir cosas en este espacio. Hay momentos en los que, como dijo la profesora, uno escribe más porque debe de hacerlo que porque en verdad tenga ganas; sin embargo, eso no es malo porque así uno aprende lo que es la constancia incluso en circunstancias incomodas o momentos de hueva total. Eso me recuerda que tengo algunas cosas por hacer.

El día de hoy me di cuenta de algunas cosas interesantes. Creo que me voy a volver fanático de las listas (y también de las taradas), así que hoy haré una lista de todo lo que hoy vi interesante. Lo pondré a manera de lista porque además se me hace más fácil (que falso me leí)

1. Una pareja besándose a mitad de un andador.

2. Un jardín descuidado.

3. Un perro que siempre está afuera de mi casa cuando yo salgo y se parece a Cerbero.

4. Un tipo raro con cara de sospecha (lo que sea que eso quiera decir).

5. Unos pantalones de cuadros muy ajustados.

6. Gente paquetuda.

7. Una foto viejísima.

8. Una tipa ebria pretendiendo dar un discurso de algo que ni sabe que es.

9. Una exposición gráfica hermosa de no sé quién, pero era español, estuvo en México como refugiado por la Guerra Civil Española y hizo muchas cosas de las que en verdad no me acuerdo.

10. Otra exposición de fotos con temas indigenistas.

11. Mi record de tareas del CELE.

12. Un tipo con unas uñas muy largas.

13. Gente nueva.

14. Una canción de Thalía que estaba aburridísima.

15. Una pelea un poco sui generis.

16. Una mochila del tamaño del mundo y muy pesada.

17. Las noticias.

18. Una nota de lo más bizarra en la portada del “Tv y notas”.

19. Flores que salen entre el asfalto.

Como se puede ver, es una lista de nimiedades que se puede servir muy bien para llenar mi espacio. Es muy importante manejar estas estrategias, ya que así espero poder decir nada en 3 páginas (lo que para mí sería un logro en la búsqueda de una técnica de blablablá que tengo que dominar para escribir y escribir y escribir ad aeternam.