No voy a escribir esto en relación a lo anterior ¿o sí?. Ya no sé porque hago tantas preguntas a un ente que no me las va a contestar (me refiero al monstruo comegalletas de mi sobrino). Este ente es medio callado, bueno, realmente es muy callado porque no habla.
El día fue muy feo. Lo digo yo y lo que diga el meteorólogo me lo paso por las orejas. Las malas noticias, que no puedo considerar como tales, salieron a primera vista. No esto apto para tomar las decisiones que deseo ni la vida que presupuse llevar.
El mundo es feo. Esta ciudad es fea. Yo soy feo ¿O será que estoy mal de los ojos? Me gusta el blog, se me hace muy apasionante poder escribir de cualquier cosa que me pasa o cualquier estupidez que se me ocurra y que no tenga que ver con política o cosas de esas. La verdad es que en este tiempo no me he dado la oportunidad de estar en un grupo de estudiantes preocupados por esa clase de cosas simplemente porque las decisiones que he tomado me han llevado a aislarme del ente social llamado alumnado.
El malestar crece a cada instante. Sólo hay algo en este mundo que lo puede calmar, y es lo mismo que lo provoca. Juro que no es la comida ni tampoco el calor.
Hoy me doy cuenta también que hago hipótesis pendejas todo el tiempo, pero no importa, al menos no conozco a nadie que no las haga, a corto o largo plazo.
Me chocan los acentos en español. En ingles no hay acentos, pero no debo de quejarme, porque en francés hay muchos.
Y este ejercicio sigue, la desesperación sigue creciendo. El sueño a veces me la quita, pero es muy efímero. Hay cosas que uno necesita tanto que se vuelven una adicción. Y lo peor es que a veces esas cosas tienen voluntad propia.
Pensamientos enfermos.
Por cierto, el clima va a ser nublado en las tardes, con un huracán que no sabe que pasa con su misma existencia. De preferencia, salir con paraguas, o con bolsas de plástico o con shampoo para tomar un baño.
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