Hasta ahora me la he pasado escribiendo puros monólogos en mi blog, y me vengo dando cuenta de que ya voy a hacer un semestre así. Debo de aceptar que me gusta escribir de esta manera, ya que puedo hablar de cualquier cosa, incluso si es muy estúpida, sin hacer mayor esfuerzo mental por crear una historia y un conjunto de circunstancias que, considerando mi baja capacidad creativa, en el mejor de los casos sería chistosa y en el peor de los casos, un completo bodrio.
En este momento estoy escuchando una canción de esas que hacen imaginar cosas y soñar despierto. Cuando oigo este tipo de canciones se me bloquea la mente y no sé ni qué poner ni qué escribir, es como si las sensaciones no pudieran ser expresadas por palabras. Me imagino por un instante escenas de la más diversa índole (todas agradables, claro), pero me resulta imposible narrarlas. Tal vez mi experiencia, dígase mi sensación perceptible al respecto de tales imágenes, es de una índole tal que no me permite narrar lo que para mí significa y vuelve idea,
Lo anterior me hace dudar acerca de lo efectivas que pueden ser las palabras, porque si bien se puede escribir una oración que para todos diría lo mismo, no causaría los mismos efectos en las sensibilidades de las personas, por lo que las reacciones serían diferentes. Tal vez ese tipo de problema es el que provoca los malos entendidos en la comunicación, incluso cuando los códigos de lenguaje son los mismos, y es que la sensibilidad que causa en el individuo la apreciación de la estética de la información y su contenido es diferente. Como dicen por ahí (y por allá también), cada cabeza es un mundo.
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