Lejanía

Como que me está doliendo la cabeza, probablemente se daba a la falta de sueño crónica de los últimos días, y ya no sé si tomarme una aspirina, un café, una cafiaspirina, una aspirina con café, o mandar todo a la chingada y dormirme 12 horas seguidas. Me gusta más la última idea, y seguro la aplicaría de no ser por toda la sarta de cosas que todavía me faltan por hacer.

Creo que ya nos llegó nuestro tiempo, y como que no me hago a la idea. No sé si el problema sea realmente sólo de mi percepción y mi falta de tolerancia y de adaptación a las nuevas circunstancias, pero muy aparte de eso, creo que lo que está pasando me está doliendo más de lo que quisiera aceptar y sentir. Cada vez es menos, cada vez más contabilizado, y cuando hay, simplemente pasa algo que termina dándole en la madre a la situación en específico. Es muy incómodo honestamente, y al parecer no hay manera de revertirlo. Como tú decías “creo que hay cosas irreversibles e inevitables”, y la verdad me duele darme cuenta de cuáles son esas cosas irreversibles e inevitables que ni tú sabías qué eran.

Al fin y al cabo, si no es hoy, será después, pero de todas maneras ahora si estaremos muy separados (léase el “muy” con una u muy larga), tal vez lo que está pasando es la manera más civilizada, o al menos la menos dolorosa de acostumbrarnos a algo que, aunque ya habíamos considerado, no teníamos idea de sus verdaderas implicaciones. Las cosas pasan por algo, y ese algo a veces es más incomprensible de lo que quisiéramos aceptar.

(Con razón de mis dolores de cabeza).

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